7 actitudes que Dios aborrece según la Biblia ¡Cuidado con caer en
ellas!

Proverbios 6:16-19 “Seis cosas aborrece YHVH, y aun
siete abomina su alma: Ojos altivos, lengua mentirosa, manos que derraman
sangre inocente, corazón que maquina planes perversos, pies presurosos
para correr al mal, testigo falso que habla mentiras, y el que enciende
rencillas entre sus hermanos.”
Todos sabemos que Dios es amor, por eso a muchos les cuesta
creer que Él pueda aborrecer algo. Sin embargo, la Santa Biblia es clara y nos
da una lista detallada de cosas que literalmente Dios aborrece. Estas son
actitudes que dañan profundamente nuestra alma y nos alejan de su amor. ¡Así
que evítalas a toda costa!
Dice la palabra de Dios:
1) Ojos altivos
La soberbia es el primer pecado capital y fuente de todos
los vicios, por lo que el sabio suplica a YHVH no le haga “altivo de ojos”.
Nada tan opuesto a la sabiduría, que exige humildad profunda y docilidad plena
a sus enseñanzas. El orgulloso siente demasiado aprecio de sí mismo y desestima
de los demás, para poder aceptar y someterse a sus enseñanzas. Míralo así:
Dios, que tuvo una palabra de aliento y perdón incluso para la adúltera, no
pudo resistir a los soberbios fariseos.
En Isaías 14:13-14 se nos cuenta que fue precisamente el
orgullo el primer pecado que se manifestó en el Cielo, El orgullo también fue
condenado por Jesucristo cuando, en las bienaventuranzas del Sermón del Monte,
en Mateo 5:3.
2) La lengua mentirosa
Este es uno de los vicios que con más frecuencia recriminan
los sabios, lo cual indica que se trata de algo muy detestable. Odiosa a Dios,
que es la suma Verdad, lo es también a los hombres, porque turba la mutua
confianza y la concordia entre ellos , se relaciona con el simple hecho de que Dios es el Dios de
la verdad, tal como afirma el rey David en el Salmo 51:6.
3) El que derrama sangre inocente
Dios es el autor de la vida del hombre y no está en la
facultad de éste quitársela a sí mismo o a su prójimo. La palabra de Dios
enseña, a raíz de la muerte de Abel por su hermano Caín, el respeto a la vida
del hombre, porque ha sido creado a imagen de Dios; prohíbe el homicidio en los
diez mandamientos, y proclama que será derramada la sangre de aquel que derrame
la de su prójimo. Más aún, las mismas fieras debían pagar con su propia vida la
sangre del hombre cuya muerte hubieren causado. Todo esto nos enseña que Dios
quiere que se respete la vida de todo hombre inocente.
4) El corazón que trama planes perversos
Las intrigas, las conspiraciones contra su prójimo, resultan
también desagradables en extremo al Señor, de cuyo corazón, lleno de bondad,
procede todo bien. La cuarta cosa que Dios detesta, “el corazón que maquina
pensamientos perversos” o “planes inicuos” se relaciona con el pasaje bíblico
contenido en Mateo 15:19.
5) Pies que corren presurosos al mal
El malvado que hace una y otra vez el mal, llega a crearse
un hábito y a sentir una fuerte inclinación a hacer el mal a los demás, que los
impulsa a hacerlo tan pronto como se les presenta la ocasión. Esta es una consecuencia del pecado anterior, tal como explica
Isaías en el capítulo 59 de su libro, versículo 7
6) El testigo falso que difunde mentiras
Este comete un doble pecado, faltando a la verdad y a la
caridad contra el prójimo, ocasionándole tal vez un gravísimo daño. La Ley lo
prohíbe y los sabios lo condenan con mucha frecuencia.
7) El que enciende discordias entre hermanos
Este es en cierto sentido más odioso que los anteriores a
los ojos de Dios. Por hermanos se entiende aquí los parientes próximos y quizá
también las personas unidas por vínculos de amistad. El que siembra discordias
entre los parientes y amigos quita la paz y armonía entre aquellas personas
entre quienes más necesaria resultan aquéllas, dando quizá ocasión a que se
repitieran la historia de José y sus hermanos, la de Caín y Abel , contrasta con la bienaventuranza pronunciada por Jesús en
Mateo 5:9.
El proverbio que describe las siete cosas que aborrece Dios,
según los teólogos, se relaciona también con el capítulo de La carta de Pablo a los Gálatas, en 6:7-8, cuando éste nos advierte: “No seáis engañados,
DIOS no es burlado, porque lo que siembre el hombre, eso también cosechará, pues
el que siembra para su propia carne, de la carne cosechará corrupción, pero el
que siembra para el espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.”.
¡Evita cometer estas acciones!