Cómo nos llegó la Escritura Sagrada
El texto bíblico fue vertido en muchas fuentes antiguas y medievales que llegan en nuestros días mediante ediciones modernas en diferentes lenguajes. Hoy, estamos en posesión de muchos fragmentos, rollos y códices de papiro y pergamino que tienen no menos de dos mil años en hebreo, griego y arameo, así como una abundante cantidad de copias manuscritas de la Edad Media en hebreo y otras lenguas europeas. Estas fuentes "testifican" arrojando luz el original, de allí su nombre "testigos textuales". Sin embargo, todos estos testigos textuales exhiben entre sí un mayor o menor número de diferencias. Ahora bien, por cuanto ninguna fuente textual contiene lo que podría denominarse el texto bíblico, es indispensable afrontar el estudio crítico de todas y cada una de las fuentes. Esto, a su vez, necesariamente implica la evaluación particular de cada una de las diferencias registradas en dichas fuentes. El análisis comparativo de estas diferencias (variantes textuales) mantienen un lugar primordial dentro de la ciencia y arte de la Crítica Textual.
Origen y transmisión del Texto
Original
hebreo
Dos circunstancias deben considerarse
en la transmisión de texto hebreo:
1. la autografía y transmisión
de Bereshit (Génesis) y
2. la autografía y transmisión de
los restantes libros de la Biblia. Respecto a Génesis, mejor que la hipótesis
de una tradición oral, es preferible defender la tesis de una transmisión
textual, providencialmente preservada en los sefer
toldots contentivos del Primer Libro. Las once tablas (o
juegos de tablillas ) llegaron providencialmente a manos de
Moisés en Egipto unos 2500 años después de la creación de Adán.
Consecuentemente, no es Moisés el escritor de Génesis, sino su
inspirado editor. De allí en adelante, los Profetas y los Salmos
(Escritos) siguieron su inspirado camino hasta Esdras que cerró el Canon hebreo
con sus 22 Libros en el 440 a.C. Desde esa época hasta el Concilio de
Jamnia (100 d.C.) se evidencia la existencia del Urtext paleo-hebreo
consonántico, que sirvió de base a las tres importantes vertientes:
·
El Pentateuco Samaritano (PS)
La primera resultó en el Pentateuco
Samaritano (PS), también reproducido en paleo-hebreo consonántico,
aproximadamente en el 408 a.C. Se nos dice (Neh13:4-9 y Ed 4:1-4) que
Tobías amonita, antes de ser expulsado del Templo por el gobernador
Nehemías, tomó una copia de la Ley, estableciendo desde allí un tipo
de texto que respalda el sistema rival de adoración en Samaria. El PS es esencialmente
una copia del Urtext representativa de las
Sagradas Escrituras para los Samaritanos en Israel hoy en día.
·
La
Septuaginta (LXX)
La segunda revisión es la versión
griega denominada Septuaginta (LXX), traducción
realizada delUrtext paleo-hebreo consonántico al
griego, aproximadamente en el 250 aC por 72 eruditos judíos en Alexandría
(también conocida como Septuaginta Alejandrina en distinción
de otras versiones posteriores portadoras del mismo nombre). La LXX se
justificó a causa del considerable número de judíos greco-parlantes
(helenistas) residentes en Egipto bajo la favorable dinastía Ptolemaica. La
mayor parte de autoridades judías reconocen que la traducción del Hexateuco
(Génesis-Josué) fue realizada con particular cuidado fue hecha debido a su
posición reverenciada en el Canon. La Iglesia Oriental cristiana todavía
considera LXX como texto normativo del AP.
·
El Texto Masoretico (MT)
El Texto Masorético se
refiere a un grupo de manuscritos (familia TM) estrechamente relacionado
uno con otro. Muchos de los elementos de estos manuscritos, incluyendo su forma
final, fueron determinados al inicio de la Edad Media, pero ellos provienen de
una tradición mucho más antigua. Su forma original paleo-hebrea fue
escrita nuevamente en caracteres cuadrados hebreos. Dicho cambio se realizó en
el Concilio de Jamnia alrededor del 100 d.C. Pero el
nombre masorético dado a este grupo de manuscritos se debe al
aparato anexado llamado masorah. Este aparato, fue añadido a la
base textual, juntamente con un sistema de puntos vocálicos y acentos
diacríticos. Las ediciones más tempranas se realizaron en el siglo VII y
concluyeron en el siglo X con la actividad de la familia Ben Asher en Tiberias.
En relación al nivel socio-religioso, el TM tiene un carácter único. Desde
el inicio de esta era fue preferido a los demás por la corriente central del
Judaísmo (los Fariseos). Durante muchos siglos el Texto Masorético ha servido
(y sigue sirviendo) como la forma el más comúnmente usada de la Biblia hebrea,
y resultó aceptado como texto normativo por todas las
comunidades judías a partir del segundo siglo hasta hoy. El TM se presentó a
sus inicios en su forma consonántica, y después de algunos siglos, en
conjunción con el sistema de vocalización, acentuación, y aparato crítico
inventado por los masoretas. El Texto Masorético llegó también
a ser el texto normativo de la Iglesia Católica Romana y más
tarde fue aceptado por la Reforma Protestante como base hebrea estándar para la
traducción a todos los idiomas y dialectos del mundo. Hoy, gracias a los
hallazgos de la arqueología bíblica y avances de la Crítica Textual, es posible
afirmar que el procedimiento dual de cambio de caracteres e inserción de
vocales resultó en una considerable fuente de corrupción.
Corrupción del Texto
"La premisa de la Crítica Textual es que doquiera se transmite un
texto, ocurre una variación. Esto se debe a que los seres humanos son
descuidados, falibles, y ocasionalmente... perversos."
E.J. Kenney
Debido a su controversia con el
cristianismo, durante el Concilio de Jamnia, el Judaísmo Rabínico
(Fariseos) tuvo particular cuidado en destruir toda copia hebrea divergente,
realizando cambios sustanciales en el texto utilizado por ellos. Este
texto, llamado proto-Masorético siguió su
proceso de enmiendas y "mejoras" en un afán por "fijarlo"
frente al texto de la LXX. Esta problemática a venido siendo expuesta
acertadamente desde la Edad Media por Elias Levita, luego por Adam Clarke y
David Ginsburg, y recientemente por Frank Moore Cross, Julio Trebolle, Emanuel
Tov y otros. A principios del siglo XIX, Adam Clarke declaró:
"El sistema de puntuación
inventado por los Masoretas es un comentario continuo
insertado en el texto hebreo de la Ley y los Profetas. Sus puntos vocálicos y
acentos prosaicos y métricos, confieren a cada palabra en la cual son puestos
un significado particular, que en su estado simple, multitudes de ellos en
ningún caso conllevan. Las solas vocales añaden conjugaciones enteras al
lenguaje. Este sistema es uno de los comentarios más artificiales, peculiares y
extensos jamás escritos sobre la Palabra de Dios, porque no hay una sola
palabra en la Biblia que no haya quedado sujeta a la influencia de esta
particular clase de glosa."
Por consiguiente, aún sin tener
necesidad de añadir a, suprimir de, o cambiar por, una sola consonante de los
manuscritos antiguos, la inserción de vocales y acentos dio a los Masoretas el
poder de cambiar dramáticamente el significado de casi cualquier pasaje de la
Escritura, porque la prerrogativa de seleccionar vocales y acentos es, en gran
parte, la prerrogativa de seleccionar palabras. Quizá en
ningún caso mejor que este, se cumplieron las palabras del profeta Jeremías
(8.8).
Restauración del Texto
"El hombre que
posee sentido común y emplea la razón no debe esperar aprender de tratados o
conferencias sobre la Crítica Textual algo que él no podría, con esfuerzo y
diligencia, averiguar por él mismo. Lo que las conferencias y tratados pueden
hacer por él es ahorrarle tiempo y esfuerzo presentándole inmediatamente
consideraciones que, en cualquier caso, ocurrirían ante él tarde o
temprano."
A.E. Housman
La necesidad de aplicar la crítica
textual a los libros bíblicos surge, como antes fue dicho, por dos
circunstancias:
a ninguno de los
documentos originales existe hoy, y
b las copias existentes
difieren una de otra.
Mediante el análisis y evaluación de
las copias divergentes, el crítico textual procura averiguar cuál forma del
texto debería ser considerada como la más cercana al original. En algunos
casos, la evidencia está tan uniformemente dividida que resulta sumamente
difícil de decidir entre lecturas variantes. En otros casos, sin embargo, el
crítico puede llegar a una decisión basada en una exposición de motivos que lo
ha llevado a preferir una lectura y a rechazar otra.
1. La ciencia de la
Crítica Textual trata con a. la confección y la transmisión de
manuscritos antiguos,b. la descripción de los testigos más
importantes de la Escritura, y c. la historia de la
crítica textual reflejada en la sucesión de las ediciones impresas de la
Biblia.
2. El arte de la
Crítica Textual refiere las consideraciones intrínsecas para escoger distintas
variantes de lectura, según los hábitos de los escribas y las consideraciones
psico-históricas (circunstancias históricas) implicadas durante el proceso de
transmisión textual.
Los resultados de la práctica de la
Crítica Textual han sufrido diferencias entre una y otra generación, en parte
por cuanto el equilibrio del número y calidad de testigos disponible ha
cambiado gradualmente debido a la aparición de manuscritos adicionales, y en
parte por cuanto las teorías y los procedimientos para evaluar las evidencias
textuales se han visto perfeccionadas en su práctica a través de los años.
Un enfoque moderno
Desde el descubrimiento en 1947 de
textos hebreos y arameos en el Desierto de Judea, fechados aproximadamente
desde el 250 a.C. hasta 135 d.C., nuestro conocimiento sobre el texto hebreo de
la Escritura ha aumentado enormemente. Es importante recordar que hasta el
tiempo de dichos descubrimientos, con la excepción del papiro Nash, no se
conocían textos antiguos de la Escritura hebrea y aramea. Por consiguiente, los
manuscritos del Texto Masorético (TM) de la Edad Media eran los únicos
utilizados como la fuente más antigua en las lenguas originales y así, la
investigación textual previa a 1947 estaba basada en copias de textos hebreos y
arameos realizados 1200 años después de la composición del Canon hebreo.
Por lo tanto, el descubrimiento en el
Desierto de Judea de muchos textos Hebreos arameos que datan de hace dos milenarios
bastante ha avanzado nuestro conocimiento de los tempranos testigos y el
procedimiento del copiar y la transmisión de textos. Este nuevo conocimiento
necesariamente ha cambiado nuestra comprensión del texto de Escritura y, en
consecuencia, nuestro acercamiento a la escritura de una introducción a la
crítica textual. Un tan nuevo acercamiento es notreflected en las
introducciones más escritas. En nuestra opinión, los nuevos descubrimientos no
sólo han añadido los nuevos datos que tienen la importancia principal, pero
también hicieron necesario un nuevo acercamiento al texto que sabían antes de
1947.
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