Autor: Matt Smethurst
La Biblia hace muchas afirmaciones sobre sí misma dentro de
su texto. ¿Qué es lo que dice?
Existen sólo dos opciones cuando se trata del conocimiento
de un creador divino: Revelación o especulación. Ya sea que él nos hable, o
nosotros adivinemos. Los cristianos creen que, afortunadamente, él ha hablado.
El Dios del cielo y de la tierra ha “perdido su propia intimidad” para
revelarse a nosotros, para ser nuestro amigo, a través de un libro. La
Escritura es como un pase de acceso libre a la mente revelada y voluntad de
Dios.
Prácticamente, desde cualquier punto de vista la Biblia es
el libro más influyente de todos los tiempos. Ninguna escasez de tinta se ha
derramado en las escrituras acerca de ella, en contra de ella y a favor de
ella. Pero, ¿qué dice la Biblia acerca de sí misma?
La Biblia es Inspirada
Cuando la gente dice que la Biblia es “inspirada,” ¿a qué se
refieren realmente? ¿Acaso sólo están diciendo que es inspiradora? Bueno, no
del todo. Claro, la Biblia puede inspirar a algunos de sus lectores, pero el
concepto de “inspirada” como se utiliza aquí tiene que ver con la relación
entre Dios y los autores de la Biblia.
Ahora, los autores humanos de la Biblia no fueron inspirados
en la forma en la que normalmente usamos la palabra hoy en día. No es como si
el Apóstol Pablo hubiera visto una hermosa puesta de sol que lo hiciera
sentirse conmovido por su belleza y entonces escribió Gálatas. Tampoco
significa que él podía entrar en estado catatónico, recitar una vastedad de
palabras a un amigo y luego recoger el pergamino y decir: “¡Veamos qué fue lo
que escribió Dios!”
Primero que nada, la inspiración tiene que ver con el hecho
de que el autor principal de la Biblia es Dios. En 2 Timoteo 3:16–17, Pablo
escribe: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para
reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo
de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.” Observa cómo dice
que la totalidad de la Biblia es “inspirada por Dios”, exhalada por Dios. No es
de extrañar entonces, que la Biblia sea comúnmente referida como la Palabra de
Dios.
¿Pero si Dios fue el autor, entonces qué hacían Moisés y
David y Pablo y Juan y todos los otros? ¿No estaban escribiendo las Escrituras,
también? Ciertamente. Verás, la Biblia fue escrita por Dios y los seres humanos
o, más precisamente, por Dios a través de los seres humanos. El Apóstol Pedro
lo explicó así: “Ante todo, tengan muy presente que ninguna profecía de la
Escritura surge de la interpretación particular de nadie. Porque la profecía no
ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de
parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo.” En otras palabras, Dios hizo
que los autores humanos escribieran exactamente lo que él quería que
escribieran nada más y nada menos.
Sin embargo, estos autores no eran robots pasivos. Dios no
borró sus personalidades o se apropió de sus mentes. Ellos escribieron como
personas humanas pensantes y con sentimientos. Dios simplemente trabajó
soberanamente a través de sus personalidades únicas, sus educaciones, sus
orígenes y experiencias para habilitarlos, inspirarlos, a escribir la verdad
divina. “Cada palabra de la Biblia es la palabra de un autor humano consciente
y al mismo tiempo las palabras exactas que Dios se propone para la revelación
de sí mismo.”
El Creador del universo ha hablado, en la historia humana,
en lenguaje humano, a través de los seres humanos. De eso se trata la
inspiración. En respuesta a la pregunta de quién escribió la Biblia, Dios o los
seres humanos, la Biblia misma simplemente responde: “Sí.”
La Biblia es Verdadera
Muy bien, entonces la Escritura es completamente inspirada,
pero, ¿también es completamente verdadera?
La Biblia dice que la palabra de Dios es verdadera porque el
carácter de Dios es verdadero; Dios no es un mentiroso. Por lo tanto, el Dios
de la verdad no puede hablar palabras que sean falsas. Dudar sobre la veracidad
de la palabra de Dios es dudar de la veracidad de Dios mismo.
Algunas personas piensan que mientras que los conceptos
“espirituales” de la Biblia son suficientemente verdaderos, gran parte de los
otros contenidos (como los datos históricos y geográficos) probablemente no lo
son. Pero las escrituras no hacen “ninguna restricción en el tipo de temas de
los que habla con la verdad.” Además, si la Biblia no es totalmente confiable
en cada punto, ¿cómo podríamos estar seguros de que es totalmente fiable en
otros puntos?
Cuando nos fijamos en la misma Escritura, vemos que está
llena de afirmaciones para generalizar la veracidad. Cada palabra que contiene
se describe como impecable, eterna, irrompible, ilimitada en su perfección y
totalmente confiable. Como concisamente dijo Jesús a Dios, “tu palabra es la
verdad.”
De hecho, la veracidad de las Escrituras es tan
comprensivamente asumida que todos los argumentos pueden depender de llamados
de una sola palabra, el número sustantivos, incluso el tiempo de un verbo.
Cuando se interpreta correctamente, la Biblia nunca te confundirá. Lo que dice,
Dios dice.
La Biblia es Autoritaria
Dios es el dueño del universo que creó con su palabra.
Gobierna como rey sobre su creación y esa creación nos incluye a ti y a mí. Su
autoridad amorosa, para nuestro bien, se ejerce a través de su Palabra. De
hecho, Dios se ha identificado de tal manera con las Escrituras que no creer en
ellas o desobedecerlas, es no creer o desobedecerle a él.
Es cierto, la Biblia no es la única autoridad en nuestras
vidas. Existen otras autoridades de justicia, como padres, pastores y miembros
del gobierno. Sin embargo, ninguna está por encima de la palabra de Dios. La
Biblia es la máxima autoridad. Esto significa que la corrección de cada
creencia, valor, opinión, declaración, y sermón está resuelto de manera
decisiva por la pregunta: ¿Qué dice la Biblia?
Con respecto al propio punto de vista de Cristo sobre la
Biblia, se ha observado que “[Jesús] se refiere a las Escrituras, a cada parte
de la Escritura y a cada elemento de la Escritura como una autoridad
incuestionable.” Los reyes no dan consejos; dan órdenes. La obediencia a la
Palabra de Dios, por lo tanto, no es opcional. “No se contenten sólo con
escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la
práctica.”
Como observa J. I. Packer, “Los verdaderos cristianos son
personas que reconocen y viven bajo la palabra de Dios. Se someten sin reservas
a ella, creyendo en la enseñanza, confiando en las promesas, siguiendo las
órdenes. Sus ojos están sobre el Dios de la Biblia como su Padre y el Cristo de
la Biblia como su Salvador.” En otras palabras, un cristiano es aquel que oye
la voz de Jesús en las Escrituras y con gusto la sigue.
J. C. Ryle comentó: “¡Feliz es el hombre que posee la
Biblia! ¡Aún más feliz es aquel que la lee! Y más feliz de todos es aquel que
no sólo la lee, sino que la obedece.” Tan contracultural como contra-intuitivo
que se pueda sentir, los cristianos creen que en la obediencia a la palabra de
Dios es donde se encuentran la verdadera vida y la libertad.
La Biblia es Clara
La Biblia es un documento antiguo. Se puede sentir
extranjero, y algunas partes ciertamente son confusas. Sin embargo, como dice
el salmista, “La exposición de tus palabras nos da luz, y da entendimiento al
sencillo.” Incluso Dios manda a los padres a enseñar la Biblia a sus hijos.
He escuchado decir que la Escritura es lo bastante
superficial para que un niño la pueda vadear, pero lo suficientemente profunda
como para que un elefante pueda nadar. Creo que eso es profundamente correcto.
La Biblia está “escrita de tal manera que sus enseñanzas sean capaces de ser
entendidas por aquellos que la leen buscando la ayuda de Dios y estando
dispuestos a seguirla.”
A veces la escritura es difícil de entender porque está
hablando de cosas complicadas. En estos momentos, un estudio extendido y devoto
puede ser necesario. A menudo, sin embargo, es difícil de entender porque
simplemente no nos gusta lo que dice. Como lo dijo Mark Twain sarcásticamente,
“No son aquellas partes de la Biblia que no entiendo las que me molestan; son
las partes que sí entiendo.” Comúnmente no es que la Biblia sea confusa, sino
que no somos receptivos.
La Biblia es Suficiente
La Escritura contiene todas las palabras de Dios que
necesitamos para poder conocerlo verdaderamente, confiar en él plenamente,
obedecerlo perfectamente y disfrútalo abundantemente. Pedro dice que Dios nos
ha dado “todo lo que necesitamos para una vida piadosa” a través de los
conocimientos disponibles en las Escrituras. Asimismo, Pablo dice que la Biblia
es tan completa que a través de ella podemos estar “enteramente preparados para
toda buena obra”, “enteramente” y “toda,” no “en parte” y “casi toda.” No puede
ser más amplio que eso.
Mientras que la Biblia puede no decirnos todo lo que
queremos saber, sí nos dice todo lo que necesitamos saber. Su verdad no es
exhaustiva, pero es suficiente. Contiene todo lo que necesitamos saber para ser
salvos y obedecer a Dios en la fe, no es de extrañar que tales advertencias tan
severas acompañen el agregar o eliminar alguna de sus palabras.
“El caso es que cada corrupción del cristianismo bíblico
comienza por comprometer el principio de suficiencia,” uno de los autores
observó. “Cada desviación del cristianismo establecido por Cristo y los
apóstoles comienza al agregar o quitar de la Biblia. Cada desviación es la Biblia
más algo o menos algo.”
La Biblia es Poderosa
Puesto que el autor definitivo de la Biblia es Dios, es un
libro de poder sin precedentes. Sus palabras son lo suficientemente fuertes
como para derretir corazones y cambiar vidas. El libro de hebreos dice, “la
palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos
filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula
de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Decir que la Biblia es poderosa es otra manera de decir que
es eficaz. El Espíritu Santo lo utiliza para llevar a cabo sus planes. El libro
es un instrumento de acción de la mano todopoderosa de Dios. “No te
contrapongas a la palabra de Dios,” dijo una vez el reformador suizo Ulrich
Zwingli. “Tal vez uno puede contenerla por un rato, pero es imposible
detenerla.”
Es importante darse cuenta de que Dios propone su Palabra no
sólo para enfrentar a nuestras mentes, sino para cambiar nuestros corazones.
Como lo pone una persona, “La Biblia no fue escrita para satisfacer tu
curiosidad; fue escrita para transformar tu vida.”
La Biblia está
centrada en Cristo
Contrario a la creencia popular, la Biblia no es simplemente
una colección de principios éticos, clichés morales o lecciones abstractas de
vida. Es una historia apasionante.
Al final, esa historia no se trata de ti y de mí. Es acerca
de Jesús. En Lucas 24, el Salvador resucitado se aparece a dos seguidores en el
camino a Emaús. Lucas relata lo que sucedió: Jesús les dijo, “¡Qué torpes son
ustedes, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas!
¿Acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria?
Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se
refería a él en todas las Escrituras.”
Más tarde, después de aparecerse a sus once discípulos,
Jesús les dice: “‘Cuando todavía estaba yo con ustedes, les decía que tenía que
cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los
profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran
las Escrituras.”
Sin embargo, no fue sino hasta justo después de su
resurrección que Jesús habló de esta manera. Durante su ministerio terrenal
explicó a los “expertos de la Biblia” del día su lugar central en la gran
historia: “Ustedes estudian con diligencia las Escrituras porque piensan que en
ellas hallan la vida eterna. ¡Y son ellas las que dan testimonio en mi favor!
Sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida… Si le creyeran
a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él.”
Se ha observado con razón que el Antiguo Testamento es
“Jesucristo oculto” y el Nuevo Testamento es “Jesucristo revelado.” De
principio a fin, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, la trama de la
Escritura anticipa, proyecta y encuentra su resolución definitiva en el hijo
redimido de Dios. Y quizás lo más impresionante de esta historia es que el
personaje central nos ama de manera recíproca.
La Biblia es Preciosa
La Biblia es el tesoro más valioso en el universo. Es
nuestra comida, nuestra vida, nuestra comodidad, nuestra fuerza, nuestra guía,
nuestro deseo, nuestra esperanza, nuestro amor, nuestra alegría y nuestro
tesoro.
¿Sabías que incluso los libros de Levítico y Crónicas y
Abdías fueron escritos para animarte? Eso es lo que dice la Biblia, de todos
modos: “Todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin
de que, alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra
esperanza.” Todo. ¡Qué palabra tan amplia! Pablo llega muy lejos como para
afirmar que la totalidad del Antiguo Testamento fue escrito para ti, para
enseñarte, animarte, ayudarte a aguantar y a inundar tu corazón con esperanza.
Y mientras que debemos evitar la “bibliolatría”, atesorar
las Escrituras más que a su autor, es sorprendente constatar lo
inseparablemente conectado que están la Palabra de Dios con Dios mismo. De
hecho, abandonarla es abandonarlo a Él. No será sino hasta que Jesús regrese y
nuestra fe se convierta en vista, debemos vivir en la “era del oído.” “Por
ahora,” dijo San Agustín, “trata las escrituras de Dios como el rostro de Dios.
Derrítete en su presencia.” Como lo comentó un gran predicador, “Para mí la
Biblia no es Dios, sino que es la voz de Dios, y no la escucho sin asombro.”
La Biblia es un baúl sin fondo de belleza y maravilla. Se
dice ser inspirada, verdadera, autoritaria, clara, suficiente, potente,
centrada en Cristo y preciosa. Que Dios nos ayude a tratarla como tal.
============================================================
No hay comentarios.:
Publicar un comentario